La relación entre la estructura y su función es una unión firme y total. La forma en la que se mueve el cuerpo, bien o mal, influirá directamente en las estructuras que lo componen. Los cambios estructurales generados por malos hábitos posturales y otros factores, determinan su capacidad de funcionar bien mecánicamente. Los tejidos blandos (músculos, aponeurosis, ligamentos, tendones…) son las estructuras de apoyo que conectan, unen, dan estabilidad y permiten libertad de movimiento al esqueleto.
La capacidad de contraerse y relajarse es la principal característica de los tejidos blandos. Estos normalmente como consecuencia de daños, enfermedades o mal uso, experimentan cambios como acortamiento, engrosamientos, calcificaciones… esto produce cambios en la tensión de las aponeurosis, tejidos conjuntivos y como consecuencia alteraciones en la biomecánica posicional del cuerpo.
Está demostrado que los malos hábitos posturales producen un mayor esfuerzo en según qué tejidos blandos, lo cual predispone a un dolor y sensibilidad alta, especialmente en zonas de inserción ósea, de calcificación y en otras donde se realizan los principales esfuerzos del día a día. Esto lleva a una rígidez articular y muscular que con el tiempo hace que su corrección manual (con técnicas manuales) sea cada vez más difícil, por ello se recomienda el uso de masaje de manera habitual con una frecuencia mínima de una vez al mes.
Las tensiones en los tejidos blandos conducen a anomalías en la estructura del esqueleto y, por consiguiente, en su función, y como consecuencia también a órganos y sus funciones. Por ejemplo, si nuestro pectoral mayor está excesivamente contraído, bien sea por hipertrofia, traumatismo, enfermedad etc producirá inevitablemente una rotación interna del húmero, lo cual afectará directamente a la musculatura rotadora externa del brazo la cual está continuamente distendida y tenderá a la debilidad. Provocando una nueva síntomatología y dolor.
El tejido blando no solo queda sujeto al esfuerzo que implica la gravedad sino a un conjunto de esfuerzos posturales y diarios los cuales son importantes corregir para evitar dolencias y disfunciones viscerales.
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